miércoles, 12 de diciembre de 2007

Sueños nocturnos

Como contraposición a la terrible noche que he pasado, mis sueños nocturnos son placenteros, me recuerdan a los que tenía en la adolescencia, cuando disfrutaba frecuentemente de orgasmos estando dormida. Sueño que hay un hombre a mi lado, siento su calor, su tacto. Mi piel se aviva con sus suaves caricias, mi sexo se despereza por fin. Froto mis piernas entre sueños, me doy media vuelta, extiendo mi brazo y noto con sorpresa que no es la almohada. No sé si abrir los ojos o permanecer en la ignorancia más absoluta. Opto por lo primero y veo que Andrés o un fantasma parecido a él, duerme plácidamente en mi lecho. Me incorporo bruscamente, abro la boca para decir unos cuantos exabruptos pero su aspecto me enternece, me acuerdo de la noche que ha pasado el pobre y me reprimo.

Me vuelvo a recostar, me pongo de lado y observo su sueño: no ronca, no emite ningún sonido, su sueño es tranquilo y pacífico, me gusta. Mi curiosidad me lleva a levantar las sábanas y ver de qué guisa se ha introducido en mi cama. La luz que entra por la ventana procedente de las farolas es suficiente para comprobar que mi vecino está completamente desnudo.

Siento como si un tsunami se apoderase de la parte más caliente de mi cuerpo, me doy media vuelta dándole la espalda intentando abstraerme de mi inquilino y me concentro en el cuadro que cuelga de mi pared y que tantas veces he mirado mientras hacía el amor con Manolo, tantas como la gotera del techo. En esos instantes yo no estaba sólo excitada, estaba más salida que el pico de la mesa de mi cocina…

Imposible dormir. Andrés a mi lado ha hecho saltar todas mis alarmas sexuales que me avisan de que llevo una precaria situación en dicho terreno. Siento mi clítoris inflamado, mi vulva está húmeda y no puedo dejar de imaginarme mi propia película: me quito el camisón, me arrimo a Andrés y el calor de mi cuerpo a su lado le hace despertarse. Me sonríe y me atrae aún más hacia él, acaricia mi cuerpo, se pega a mí y siento entre mis piernas como su miembro lucha contra la Ley de la gravedad. Nos besamos, nos revolvemos entre las sábanas y hacemos el amor el resto de la noche.

La película se repite en mi mente, cada vez es más detallada, la visto de colores, la adorno con flores y le añado algo más de morbo, sexo y orgasmos. Lo cierto es que sin querer, o eso es lo que yo quiero creer, me he pegado a él, he flexionado mis piernas y una de mis rodillas roza su miembro desnudo. El sólo hecho de sentir su tacto me hace enfermar de deseo, ahora sería una esclava perfecta, muero por un achuchón con mi vecino. Siento que en esos instantes el sexo es mi alimento, el aire que necesito para seguir respirando.

No sé si mis deseos me están provocando alucinaciones, pero siento que mi rodilla está tocando algo cada vez más duro…


2 comentarios:

Félix Amador dijo...

¡¡¿Qué es?!!

Para mí que no va a ser la Materia de la que están hechos los Sueños.....

Common People dijo...

hoy no estoy en el mejor momento para leerte, eso es que debo estar en un buen momento.
Un saludo, el que nunca habia enviado antes. De un ya no anonimo. Me canse de esconderme.