viernes, 12 de junio de 2009

Triunfo total

Al día siguiente me vestí de ejecutiva agresiva con una falda y una chaqueta de color rojo pasión. Me calcé los zapatos de tacón más altos que encontré y me dirigí a mi antiguo lugar de trabajo. Cuando llegué a la planta donde se ubicaba Vicente me crucé con Clara, pero ésta ni siquiera me dirigió una palabra. Realmente, era injusto, había pasado muchos meses conmigo y eso no parecía tenerlo en cuenta. La paciencia de todos tiene un límite y la mía parecía estirarse tanto que la gente abusaba de ella. Eso se había acabado.

Llamé al despacho de Vicente mientras abría su puerta. Al verme se sorprendió tanto que se levantó como un resorte.
-Hola Ninetta… ¿Qué haces por aquí? –Preguntó bastante sorprendido.
-He venido a proponerte un pequeño negocio.

Abrí mi bolso y saqué las fotos. Vicente las vio incrédulo, pero a medida que yo las pasaba sentí que empalidecía y que incluso parecía no sostenerse bien.
-Si me das mi antiguo trabajo las rompo, si no, creo que las va a conocer alguien que tú no quieres…

Vicente me miró sabiendo que tenía perdida la batalla. Sabía que no le quedaba otro remedio que tragar con el chantaje si quería seguir con su vida de siempre. Por fin había llegado la hora de hacer justicia.

-Está bien Ninetta. Me rindo. Pero quiero que traigas todos los soportes donde están las fotos y que las borres delante de mí.
-No hay problema. ¿Cuándo me incorporo?
-Puedes venir el lunes que viene, si quieres.
-Claro Vicente, respondí yo. Estoy deseándolo.

Salí de su despacho y no pude contener un salto de alegría. Había recuperado mi trabajo y volvía a recuperar mi dignidad.

No hay comentarios: