miércoles, 17 de octubre de 2007

Un nuevo comienzo

"The open window" H. H. Munro "Saki"


Esto se acabó. Me he cansado de observar las moscas volando sobre mi cabeza un sábado sí y otro no, de contemplar aburrida la mancha de humedad que jamás pintamos tras las continuadas lluvias caídas en otoño del año pasado y de masturbarme a escondidas para no ofender a mi querido marido, cariñoso, solícito, dulce y meloso pero un auténtico desastre en cuestiones sexuales. Con él he conocido en toda su intensidad el significado de la palabra aburrimiento. Sé que un sandwich de jamón y queso en un tostador ha tenido más temperatura que yo en el lecho y que una tortilla de patatas en una sartén ha dado más vueltas que yo con mi marido en estos dos trienios de soporífero matrimonio.

Me confieso: jamás he logrado llegar a tener un orgasmo con mi marido. Los diez minutos como máximo de nuestras sesiones amorosas eran un precalentamiento que sólo acababa produciéndome mal humor. ¡Qué equivocada estaba yo cuando Manolo me decía que mi falta de orgasmos era algo normal al principio de una relación! Yo veía que el tema le agobiaba, le hacía sentirse mal, pero tampoco intentaba solucionarlo, ni con técnica, ni con imaginación ni con nada. Mi clítoris adormecido intentaba despertarse mínimamente, pero la única forma de ponerle contento era gracias a mis artes amanuenses. Tenemos trato desde hace muchos años y yo le tranquilizaba, le decía que tuviera paciencia y que cuando Manolo por fin se derrumbara sobre mí, me pondría manos a la obra para mimarle como se merecía. Opté por hacerlo una vez que Manolo se había dormido, el saber que no era capaz de darme placer y que tenía que recurrir al onanismo le ofuscaba y yo no quería hacerle daño... Así que tras ver que mi sinceridad no mejoraba mi vida sexual, opté por fingir mis orgasmos. Reconozco que puedo ser una buena actriz y la gama de gemidos y alaridos que yo pegaba en mis sesiones dejaban bien contento a Manolo, que dormía posteriormente como un bendito, con una sonrisa en su rostro y con la sensación del deber cumplido.

Leo las revistas y veo la tele: sé que existen otros mundos y otros hombres y yo, desde hoy, voy a comenzar a buscarlos. Tengo 36 años, no he dejado que la paz de la vida conyugal aumente mi tejido adiposo y me veo atractiva cuando contemplo mi figura en los espejos de El Corte Inglés. Adiós a mi marido, adiós al fútbol de los sábados y adiós a las comidas de domingo con la bruja de mi suegra.

Hoy mismo comienzo una nueva vida: me divorcio.




5 comentarios:

Milena Marques dijo...

poque nao poes fotos no blog

Ninetta dijo...

Porque estoy teniendo problemas con el dichoso blogger, que me da error!!!

Gracias por tu comentario.

Negra dijo...

Manolo estuvo en un error desde un comienzo diciendo que tu falta de orgamos son comunes!!! por que solo el podia dosfrutar!!! esa es desigualdad, comprese un buen dildo o algo asi para gozar!!

Ninetta dijo...

Negra: gracias por tus comentarios. Y por supuesto que se va a comprar un dildo y de todo...Pero poco a poco, vamos a dejar que sufra un poco todavía, ya espabilará!

Besos.

Anónimo dijo...

Aunque tu historia empezó en 2007, no he podido resistirme en hacer un comentario y decirte que eres yo.

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Helena